Las profesiones van con los tiempos: algunas desaparecen, otras se reinventan, y  otras nacen en función de las nuevas necesidades de la sociedad.

En este sentido, hoy queremos hablaros del Infobroker, una figura profesional emergente en los países anglosajones. El nombre nace de la conjunción de dos palabras, información y broker  y  hace referencia a un   intermediario o agente de la información.

¿Qué hace exactamente un infobroker?  Ya sea por su cuenta, o  a través de una compañía, el infobroker  busca información para otra empresa. “Nada nuevo”, dirán muchos, “en mi despacho tengo excelentes personas que encuentran siempre lo que les pido”.  Cierto: y es que, en un momento dado,  #todosomosGoogle. Pero hay que ser consciente de que saltar sin red puede traer consecuencias.

Entonces,  ¿En qué se diferencia un infobroker de la ayuda que pudiera prestar un asistente? Fundamentalmente en el objetivo final de la tarea.  Nuestro infobroker trabajará únicamente para proveer de información a su cliente, Y para ello, además de una formación adecuada, este profesional debe cumplir ciertas características:

 

  • Confidencialidad: un profesional de la información tiene que realizar de manera confidencial las búsquedas que su cliente le solicite. Esta confidencialidad es especialmente necesaria cuando se trabaja para dos empresas del mismo sector. Un infobroker debe ser capaz de trabajar sin ver, oír, ni hablar.

 

  • Conocimiento de estrategias de búsqueda (hoja de ruta): No se trata de tocar todas las teclas a ver cuál suena. Se necesita una verdadera hoja de ruta para llegar hasta aquella información que el cliente necesita. Ello implica un conocimiento y pericia en el uso de bases de datos y otras fuentes de información que permiten al infobroker entregar una información acurada -esto es, cuidadosa y esmerada- y pertinente -es decir, que viene a propósito del tema.

 

  • Excelentes capacidades de redacción: ¿De qué sirve encontrar si no puedes transmitir? El infobroker tiene la habilidad de ordenar y redactar de una manera clara la documentación que ha encontrado. Filtrar la información recogida, separar el grano de la paja, y presentar al cliente una exposición estructurada del material solicitado sólo es posible con un sólido conocimiento del lenguaje.

 

  • Estar actualizado: es decir, estar al día de cualquier novedad que le  mantenga en la cumbre de los últimos avances tecnológicos imprescindibles para acceder a aquella información más escondida.

 

En Estados Unidos, pioneros en (casi) todo, los infobrokers  se agrupan en un colectivo de profesionales de la información, la Association of Independent Information Professionals (AIIP). Una organización que lleva ya más de tres décadas defendiendo los derechos de estos profesionales.

En un mundo donde las autopistas de la información están cada día más colapsadas, la figura del infobroker se erige como un buen piloto que sabe llegar a su destino siguiendo la ruta más adecuada.  No es mala idea entonces, dejar que sea él quien conduzca.

 

Foto de Aleksejs Bergmanis en Pexels